Dolor: Una barrera cognitiva para mantener una rutina de ejercicios.

En esta cuarentena, ¿cuántas personas han iniciado una rutina de ejercicios en su hogar? y, luego de eso, ¿cuántas han logrado mantenerla? Al igual que cocinar, leer, o ver series en netflix, una gran cantidad de personas intentan contrarrestar el efecto de las políticas de confinamiento, además de mantener su actividad física, a través de pequeñas rutinas de ejercicios en sus domicilios o espacios públicos permitidos (parques, carreteras despejadas, etc.). Sin embargo, una vez iniciada esta práctica, pocos logran mantenerla de manera consistente en el tiempo.

En este contexto, nos preguntamos ¿porqué resulta difícil mantener este tipo de rutinas? Compartimos con ustedes un interesante estudio en donde se muestra que el dolor del ejercicio, no solo representa una barrera fisiológica en la decisión de continuar con una rutina, sino también una barrera cognitiva.

A través de un experimento de campo, los autores encuentran un efecto de encuadre, en donde la manera de percibir el dolor: 1) útil: dolor enmarcado como un signo de desarrollo muscular, o; 2) dañino: dolor enmarcado como un signo de desgarro muscular y posible lesión, provoca un aumento en la satisfacción de realizar ejercicios.

Si bien no se encontró un aumento en la cantidad de ejercicios realizados, el efecto en el nivel de satisfacción puede estar ligado directamente con la capacidad de mantener una rutina a través del tiempo. Este resultado, además de los objetivos de realizar este tipo de actividades, son esquemas que pueden ser aprovechados para desarrollar estrategias eficientes que permitan mejorar la disciplina en el cumplimiento de estas buenas prácticas.   

Los invitamos a leer el estudio completo en el siguiente link.